lunes, septiembre 22, 2014

EL REPORTAJE

En este caso se trata de un género narrativo en el que se combinan las formas narrativa y descriptiva. Para hacer su relato, el periodista se apoya en la descripción de personas, de lugares y de situaciones.
El propósito del reportaje es relatar los aspectos desconocidos de un suceso conocido y, con ello, reflejar las impresiones del periodista.
En el reportaje se comunica algo que despierta en el lector la nece­sidad de actuar, de manera que no se trata sólo de información, sino también de denuncia. Así, se hace la presentación detallada del hecho para que el lector lo sienta, lo viva y, de este modo, conozca los alcan­ces y las limitaciones de la sociedad en donde se desenvuelve, se for­me un criterio y actúe conforme a él. Como género informativo exige una profunda investigación documental, observación de campo y entrevistas, pero su propósito no permanece en este nivel porque tam­bién interpreta. No se trata entonces de un razonamiento ni de un sim­ple registro de datos, sino de una interpretación del suceso, que refleja la propia experiencia del periodista.

El reportaje se estructura en párrafos seguidos, los cuales integran el relato. Lo más importante se incluye en los primeros párrafos, de ahí que la entrada sea lo que más impresiona al lector. Después, los enunciados se redactan de manera que en ningún momento decaiga el interés. En esta parte del reportaje se pueden intercalar diálogos tex­tuales que incluyan modismos del lenguaje o detalles anecdóticos que hagan más vividos a los personajes del relato. Desde luego, la redac­ción del final es igualmente importante porque con él precisamente se satisface al lector. Es conveniente, entonces, cerrar mediante una fra­se vigorosa y rotunda que destaque la idea inicial o ponga de relieve el tema central del reportaje.
El reportaje es el género periodístico más extenso. Ello se debe a la investigación que requiere y a las exigencias propias del relato. Su estructura, que es sencilla, consta de tres partes igualmente importan­tes y necesarias:
• Una entrada, fuerte e interesante.
• Un cuerpo: el relato (información e interpretación).
• Una conclusión, es decir, el fin del relato (fig. 2.4).
El estilo del reportaje se distingue por el uso de enunciados y párrafos simples. Por otra parte, el lenguaje informativo y el expresi­vo (emotivo) se mezclan en una narración fluida.
En cuanto a las descripciones que acompañan al relato, son vivas y precisas; y el lenguaje, aunque familiar, evita los vulgarismos y las redundancias. En el ejemplo que se presenta a continuación se apre­cian las particularidades del reportaje.


El artículo completo con ejemplos lo puede encontrar en la biblioteca de la UPB en el libro:
GONZÁLEZ REYNA, Susana. Periodismo de opinión y discurso. Géneros periodísticos 1. México: Trillas, 1997. Págs. 43 a 54

También como complemento puede consultar: